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La cara detrás de estas páginas...
...es más o menos como la ves en la foto. La imagen no muestra mis kilos de más, pero eso -lo de los kilos de más- pertenece a una lucha que cada día se hace mas encarnizada. Y además sé que será la naturaleza quien gane la batalla, porque la vida es así, te doblega la voluntad y hay que ser muy fuerte y sufrir mucho para contrarrestar la tendencia natural de mi organismo a subir de peso. Pero a mi edad, ya no hay motivaciones estéticas suficientes para arrojarme a la lucha, a no ser que sea por propia vanidad o por salud.
Soy de Alicante, vine a Málaga con apenas un año y he vivido aquí, en esta preciosa ciudad, desde 1954. Ese año nevó en Málaga.
Tengo una frustración personal que, con el tiempo, se ha ido aminorando, casi desapareciendo: yo quería ser periodista. Columnista o trabajar en un periódico. Por aquella época en la que había que tomar la decisión de qué estudiar, mi padre me dijo que económicamente le resultaba imposible mantenerme en Madrid, único lugar -Escuela de Periodismo- donde se podía estudiar la carrera en esos momentos. Así que me conformé con entrar en lo que entonces era el Colegio Universitario, dependiente de la Universidad de Granada, y matricularme en Filosofía y Letras, estudios que (pensé) eran los más afines a lo que realmente quería estudiar.
Sin embargo, mis deseos de trabajar y aportar algo a la familia se interpusieron en el desarrollo de lo que sería estudiar una carrera, con la dedicación debida, y entrar a trabajar en Iberia, Líneas Aéreas, si bien me solucionó la parte laboral y económica de mi vida, cercenó mis aspiraciones académicas, cuyo tope se situó en tres años de Filología Hispánica.
Pero bueno, lo hecho, hecho está y el periodismo dio paso a otras inquietudes literarias más centradas en el relato y en la narrativa.
Tras mi breve paso por la Universidad, llegó la música, Iberia y muchas más cosas en mi vida, que no contaré aquí por no aburrir. Porque, bien pensado... ¿a quién le puede interesar lo que yo hice o dejé de hacer?
Intenté seguir las enseñanzas éticas que me enseñaron en casa, apartadas de toda religiosidad y siempre he hecho lo posible por ayudar y ser honrado. Hasta el momento, espero haberlo conseguido.